Hoy compartimos con usted algunos síntomas de una mala administración del dinero.
1. Está expuesto
¡Ahí tiene, está en números rojos! Eso quiere decir que sus gastos son mayores que sus recursos… y el banco le ha prestado la diferencia. Porque el sobregiro es de hecho un crédito.
2. Hace malabarismos con varias cuentas
Cuenta conjunta, cuenta personal, cuenta con el banco que le concedió el préstamo inmobiliario, cuenta abierta en un banco online a cambio de un bono… ¿Necesita tantas cuentas bancarias?
Múltiples cuentas conducen a confusión y errores. También puede empujarlo a imaginar malas soluciones en caso de necesidad de dinero… No, llenar el descubierto de una cuenta gracias al descubierto de otra no es una buena idea.
3. Tiene pagos atrasados
Rechaza los créditos, pero aprovecha las facilidades de pago cuanto antes. Ya conoce todas las optimizaciones: pagos en tres plazos sin cargo, cobros de copropiedad que se pueden alargar, tal proveedor que podemos contemporizar, asociaciones deportivas que preguntan cuándo pueden cobrar el cheque… Pero tenemos que enfrentar los hechos: al posponer los pagos, crea deudas. Es cierto que hoy está desperdiciado, pero pronto puede caerle un sobregiro sorpresa. En cambio, intente crear provisiones de ahorro para sus proyectos, ¡su vida será mucho más serena!
4. Sufre lo inesperado
En sí mismo, un imprevisto no es síntoma de una mala gestión: cualquiera puede estar sujeto a ella. Es lo que sucede después lo que marca la diferencia: administrar bien su dinero significa poder minimizar las consecuencias de los vaivenes de la vida gracias al ahorro preventivo, que hará el papel de amortiguador.
5. No ahorra
No puede ahorrar dinero. Lo intenta, pero termina gastando el dinero rápidamente, ¡a veces en cuestión de semanas!
Sin embargo, sin ahorros, se estanca (en el mejor de los casos) y corre el riesgo de tener que pedir prestado en caso de alguna emergencia (en el peor de los casos).
Para ahorrar a largo plazo, fíjese objetivos, tenga claros sus deseos y motivaciones, adopte los reflejos de ahorro adecuados y construya un patrimonio a largo plazo.
6. Tiene vergüenza
Estar sobregirado o bloqueado ya es humillante.
Pero más aún cuando su vida profesional es exitosa: se gana bien la vida, tiene un puesto de responsabilidad… ¿y no puede gestionar su cuenta?
¡Recupere la confianza en sí mismo! El mundo de los productos bancarios es deliberadamente opaco. Además, la gestión financiera depende en gran medida de los patrones de aprendizaje de la familia. Probablemente sea más una víctima que un culpable.
7. Se siente incapaz de prepararse para el futuro
Todo se le escapa. Es un títere de los bancos. Le dicen lo que tiene derecho a hacer y cuándo hacerlo. Vive al día, cruzando los dedos para que el mañana no traiga desgracias. Vuelva a colocar el dinero en su lugar: debe servirle a usted, no al revés. Debe permitirle proyectarle hacia el futuro y para ello es fundamental un presupuesto.
8. Lleva una doble vida.
Siente que esconde un terrible secreto. En el frente, todo está bien. Detrás está el caos. Y cuando se habla de dinero dentro de la pareja, siempre acaba mal. A veces practica la infidelidad económica: oculta los gastos a su cónyuge… incluso a usted mismo gracias a una memoria selectiva. Deberíamos hablar de eso, ya sabe… pero hablar de dinero suele ser difícil. Cada pareja debe encontrar una organización personal para administrar sus finanzas.
9. Espera un milagro
¿Sueña con una varita mágica que borre sus deudas y lo haga rico? Tener metas en la vida es bueno… pero no existen los milagros. Las soluciones deben venir de usted mismo.
No necesita un parche. Necesita cimientos sólidos que mejoren permanentemente su situación y eviten futuras dificultades. Es cierto que enfrentar los problemas de frente puede ser emocionalmente difícil. Ciertamente requiere perseverancia, coraje, humildad y posiblemente cuestionar su visión del dinero… Pero sí es necesario para avanzar.