Millennials, conocidos por su versatilidad y adaptabilidad, se enfrentan a una encrucijada financiera única en la historia. Navegando entre deseos de independencia económica y la realidad de un mundo financiero complejo, buscan trazar un camino que los lleve hacia la seguridad y el crecimiento financiero en un panorama económico en constante evolución.
A medida que el año 2025 se aproxima rápidamente, es oportuno recordar aquellos estudios que proyectaban a los millennials como el 75% de la fuerza laboral global.
No sorprende entonces que aquellos nacidos entre 1977 y 1994 se hayan convertido en el principal motor de consumo. Esta generación, activa tanto en el ámbito laboral como en el consumo, se caracteriza por estar altamente conectada, aunque no tanto como la Generación Z, que literalmente creció con un móvil entre sus manos. No obstante, una contradicción subyace: una notable inseguridad en sus habilidades financieras.
Millennials y Dinero
Según la segunda encuesta “Advising Millennials in a Digital Age” de MFS Investment Management, aproximadamente el 70% de los inversores millennials en España confiesan tener poca fe en su capacidad para manejar sus inquietudes financieras, a pesar de que casi dos tercios desearían profundizar sus conocimientos en inversión.
De entre los 11 millones de personas que conforman la población millennial española (23% de la población total), solo una fracción se considera ‘algo tolerante’ al riesgo. En contraste, hasta un 86% ha pospuesto o planea posponer al menos un hito significativo en sus vidas, como lo son tener hijos, adquirir un coche o firmar una hipoteca, si no es que todos ellos.
Este dato contrasta fuertemente con la generación de sus padres, los boomers, quienes para la misma edad ya habían alcanzado varios de estos hitos vitales, apoyados en gran parte por una estabilidad laboral que les facilitó el acceso a planes de pensiones tradicionales y la vivienda como inversión principal.
Millennials: Una Presencia Financiera… ¿Invisible?
Las preocupaciones financieras de los millennials están moldeadas por sus experiencias, valores y el contexto económico en el que han madurado. Muchos aún lidian con las secuelas de la crisis financiera y del sector inmobiliario de 2008, que devastó la economía de incontables familias españolas. Actualmente, su capacidad de ahorro se ve mermada, en parte debido al incremento de la inflación y al alza de los tipos de interés, especialmente para aquellos con préstamos o hipotecas.
La precariedad laboral y las dificultades para acceder al mercado inmobiliario solo añaden complejidad a su situación financiera, resultando en una generación que, según el informe “Advising Millennials in a Digital Age”, se percibe a sí misma como conservadora o muy conservadora en términos de tolerancia al riesgo.
Necesidades no Percibidas y Desatendidas
Es crucial para los profesionales financieros comprender y atender las inquietudes de los millennials. Sin embargo, persiste un desafío: la mayoría de los asesores financieros sienten que no han logrado atraer efectivamente a clientes de esta generación. Según MFS Investment Management, esta brecha se debe, en parte, a una percepción errónea sobre el patrimonio que los millennials poseen.
Resulta revelador que solo el 17% de los clientes de asesores financieros sean millennials, mientras que más de la mitad pertenecen a la generación de sus padres, los baby boomers. Además, un alto porcentaje de estos padres indica que sus hijos adultos nunca han interactuado con sus asesores financieros.
La situación financiera de los millennials, marcada por desafíos únicos y una percepción de inseguridad económica, destaca la necesidad imperante de abordar y transformar su relación con el dinero.
Es esencial que tanto los individuos como los profesionales del sector financiero reconozcan y se adapten a las realidades cambiantes de esta generación. Fortalecer la educación financiera, personalizar el asesoramiento, y fomentar una cultura de inversión informada y consciente del riesgo, se perfilan como pilares fundamentales para empoderar a los millennials hacia una estabilidad y libertad financiera sostenibles.
Este camino no solo es crucial para el bienestar financiero de una generación, sino para la salud económica global, marcando el paso hacia un futuro donde la confianza financiera no sea una excepción, sino la norma.