Déjame compartir una pequeña historia contigo. Hace años conocí a un joven en uno de mis seminarios. Estaba en sus veintipocos años, trabajando en un trabajo sin futuro, viviendo de salario en salario.
Me dijo que quería comenzar su propio negocio, pero tenía miedo: miedo al fracaso, miedo a lo que otros pudieran pensar, miedo a lo desconocido.
Lo miré a los ojos y le dije: “amigo, tus miedos no son más que un letrero; te están señalando exactamente la dirección en la que necesitas ir”.
Me miró como si hubiera perdido la cabeza, pero continué: “El miedo es una brújula; te muestra dónde necesitas crecer. Si comenzar un negocio te asusta, es exactamente por eso que debes hacerlo“.
5 años después, ese mismo joven me escribió un email. Había comenzado su negocio. No fue fácil; enfrentó contratiempos, cometió errores, incluso estuvo a punto de rendirse varias veces, pero perseveró. Y, ¿sabes qué? Su negocio estaba prosperando. Pero lo más importante, él se había convertido en una persona diferente: más fuerte, más confiado, más resiliente.
De eso se trata conquistar a uno mismo; como en esta historia se trata de enfrentar tus miedos de frente, se trata de hacer las cosas que crees que no puedes hacer, se trata de demostrarte a ti mismo que eres capaz de mucho más de lo que jamás imaginaste.
Ahora, casi puedo leer la mente de algunos de ustedes pensando: “Eso está muy bien para él, pero mi situación es diferente. Tengo responsabilidades, cuentas que pagar, personas que dependen de mí“. Y tienes razón, tu situación es única.
Pero déjame decirte algo: las circunstancias no te definen; tu respuesta a esas circunstancias es lo que importa.
Verás, la vida es 10% lo que te pasa y 90% por cómo reaccionas ante ello.
No siempre puedes controlar lo que sucede en tu vida, pero siempre puedes controlar tu respuesta, y ahí, amigos míos, es donde radica tu poder.
Necesitas que te ayuden a sacar tu poder a flote? Te ofrezco una Charla gratis de 10 o 15 minutos para lograrlo clic aquí