En las últimas décadas, el crecimiento económico sostenido se ha enfrentado a varios desafíos, especialmente debido al envejecimiento de la población global. La productividad, esencial para el desarrollo económico, está mostrando una desaceleración notable en muchos países, exacerbada por este cambio demográfico. La productividad, o la eficiencia con la que se utilizan el capital y el trabajo para producir bienes y servicios, se ha visto particularmente afectada por una baja en la productividad total de los factores, que mide cómo las empresas convierten capital y trabajo en producción. Este fenómeno se destaca por su capacidad para capturar la innovación y la tecnología dentro de la economía
A nivel global, se prevé que el crecimiento se desacelere a poco más del 3% para 2029, lo cual representa una amenaza significativa para el mejoramiento de los estándares de vida, especialmente en las naciones en desarrollo donde la desigualdad entre países ricos y pobres podría acentuarse. La combinación de una población que envejece y una baja inversión empresarial son vistos como los principales frenos para este crecimiento
Frente a este escenario, los expertos sugieren que la clave para revitalizar el crecimiento a medio plazo y a largo plazo radica en adoptar reformas que mejoren la asignación de capital y mano de obra entre las empresas, abordar las deficiencias en las inversiones y fomentar la innovación tecnológica. Además, políticas que faciliten la entrada de nuevas empresas al mercado y fomenten la competencia podrían ser esenciales para mejorar la productividad
Un enfoque particular que podría ser beneficioso es el aprovechamiento de la inteligencia artificial y la transformación digital, que tienen el potencial de impulsar significativamente la productividad a lo largo del tiempo. Estas tecnologías podrían permitir a las empresas, tanto grandes como pequeñas, mejorar su eficiencia operativa y capacidad de innovación
Para afrontar estos desafíos de manera efectiva, es fundamental que los formuladores de políticas no solo implementen reformas económicas adecuadas, sino que también se comprometan con la comunicación efectiva y la participación cívica para ganar la confianza del público. Esto incluye explicar claramente la necesidad de los cambios y cómo estos podrían beneficiar a la sociedad en su conjunto
En resumen, mientras que el envejecimiento de la población representa un desafío significativo, una combinación de políticas innovadoras y el aprovechamiento de nuevas tecnologías podría ser la clave para revitalizar el crecimiento económico y mejorar los estándares de vida a nivel mundial.
fuentes: imf.org
