Los tokens RWA llevan activos tradicionales, bonos del Tesoro, fondos del mercado monetario, crédito privado, inmuebles o índices, a la cadena de bloques como representaciones digitales negociables 24/7. No es una promesa futurista: en 2025 ya mueven miles de millones y están conectando el rendimiento del mundo financiero tradicional con la eficiencia y composabilidad del ecosistema cripto. El interés institucional, el apetito por activos de bajo riesgo con liquidez inmediata y la madurez de la infraestructura están acelerando el cambio.
¿Qué es exactamente un token RWA?
Un RWA es un token que representa un derecho económico sobre un activo “off-chain”. En productos como oro, efectivo o T-bills, el emisor suele permitir redenciones 1:1 del token por el activo subyacente (si cumples los requisitos), quemando el token al canjearlo y acuñando nuevos cuando entran más activos. Esto mantiene la relación entre el activo y su representación digital.
Por qué 2024–2025 encendió la mecha
La capitalización de los RWA se disparó este año, con estimaciones que sitúan el mercado por encima de los $23–25 mil millones y crecimientos de triple dígito frente a 2024. El motor ha sido claro: bonos del Tesoro tokenizados y crédito privado, que concentran la mayor parte del valor.
Dentro de ese universo, los T-bills tokenizados son el frente más visible: paneles de datos como RWA.xyz muestran un total de $6–7 mil millones en circulación, con aumentos notables durante 2025, reflejando su uso como “colateral con rendimiento” para traders y tesorerías cripto. Medios financieros reportan subidas del 80% en 2025 para fondos tokenizados de Treasuries y money market.
Casos de uso y nombres propios que conviene conocer
- BlackRock BUIDL: el fondo de liquidez tokenizado lanzado en 2024 superó $1.000 millones en AUM en marzo de 2025 y siguió creciendo con fuerza a mitad de año. Está emitido en una blockchain pública con Securitize como proveedor de tokenización.
- Franklin Templeton (BENJI / FOBXX): fondo del mercado monetario on-chain con registro en EE. UU. y expansión regulatoria en Europa, cuyas participaciones se registran y transfieren en la cadena. Es uno de los referentes del sector.
- Ondo Finance (OUSG, USDY): tokens de Tesoro y “cash-equivalents” integrados cada vez en más redes, con TVL en fuerte ascenso en 2025 y despliegue multi-chain.
- Janus Henderson Anemoy (JTRSY): fondo de Tesoro tokenizado con calificación AA+ y liquidaciones diarias; ejemplo de cómo la industria tradicional migra a rails programables.
Estos vehículos no son simples “versiones cripto”: además de liquidaciones casi instantáneas, automatizan procesos operativos, reducen conciliaciones y habilitan composición con finanzas on-chain (préstamos, derivados, colateral), lo que explica su tracción
Beneficios que están moviendo el mercado
- Liquidez 24/7 y liquidación T+0: transferencias y uso como colateral en minutos, no días, con transparencia de posiciones en cadena.
- Fraccionalización y acceso global: tickets más pequeños sin sacrificar exposición a activos de alta calidad. (En muchos casos, solo para inversionistas que cumplan KYC/AML.)
- Eficiencia operativa: menos intermediarios y reconciliaciones; más visibilidad y automatización. bis.org
- Rendimiento competitivo: para tesorerías cripto, los T-bills tokenizados compiten con stablecoins “no remuneradas”, ofreciendo yield con liquidez.
Riesgos y fricciones (léase con atención)
- Riesgo regulatorio y de jurisdicción: gran parte del acceso sigue restringido a perfiles KYC/AML y a ciertos países; el estatus de valores y los marcos de oferta varían. La BIS impulsa una visión de “unified ledger” donde activos del banco central, depósitos tokenizados y valores coexisten; es un respaldo a la tokenización, pero con fuerte énfasis en el perímetro regulado.
- Riesgo de contraparte/custodia: aunque el token sea “on-chain”, el activo subyacente vive off-chain y depende de custodios, SPVs y administradores. Revisa prospectos, políticas de redención y segregación de activos.
- Oráculos, gobernanza y ciberseguridad: la precisión de precios, la gestión de llaves y los procesos de emergencia importan tanto como la calidad del activo.
- Liquidez fragmentada: hay momentos con spreads amplios o ventanas de liquidez reducida fuera de los principales rails.
¿Qué viene después?
No solo bonos y fondos monetarios. En 2025 ya se anuncian índices tokenizados (como un S&P 500 on-chain) y gobiernos explorando bonos soberanos tokenizados. La tesis es que la tokenización migre de nichos a infraestructura: desde la emisión primaria hasta el colateral en tiempo real, con interoperabilidad entre bancos, gestoras y protocolos.
Cómo entrar (sin perder el foco)
- Define tu necesidad: tesorería con liquidez y rendimiento (T-bills/MMFs), o exposición a crédito privado/índices.
- Elige el emisor y la red: revisa AUM, calificaciones, auditorías, custodios y redenciones; decide si operarás en Ethereum, L2 o cadenas alternativas según comisiones y compatibilidad.
- Cumplimiento: muchos productos exigen verificación de identidad y elegibilidad (acreditado/institucional).
- Operativa y riesgos: entiende ventanas de corte, plazos de redención y posibles fees; no es lo mismo un token 24/7 con redención T+1 que uno meramente transferible.
Conclusión
Los tokens RWA ya no son un experimento: son el puente práctico entre el rendimiento del mundo tradicional y la composabilidad de las finanzas en cadena. En el corto plazo, el crecimiento seguirá en T-bills y fondos monetarios (por demanda de liquidez con yield), mientras se abren paso nuevos instrumentos como índices y deuda pública tokenizada. La clave para capturar el valor estará en elegir emisores sólidos, marcos claros y rails interoperables. Si la historia reciente sirve de guía, la próxima ola de adopción llegará menos por narrativa y más por eficiencia medible.