Un aspecto crucial de conquistarte a ti mismo: la disciplina.
La disciplina es el puente entre las metas y los logros.
Es lo que te saca de la cama cuando preferirías quedarte dormido. Es lo que te mantiene trabajando cuando preferirías renunciar. Es lo que te hace decir no al placer a corto plazo por una ganancia a largo plazo.
Pero aquí está la cuestión sobre la disciplina: es como un músculo. Cuanto más lo usas, más fuerte se vuelve, y cuanto más fuerte se vuelve, más fácil se hace hacer las cosas que necesitas hacer, ya sea que tengas ganas o no.
Comienza pequeño. Tal vez sea hacer tu cama todas las mañanas. Tal vez sea salir a caminar 10 minutos cada día. Sea lo que sea, comprométete con ello.
Hazlo todos los días sin fallar. No importa cuán pequeña sea la acción, lo que importa es que estás entrenando tu músculo de la disciplina.
A medida que tu disciplina crezca, podrás enfrentar desafíos más grandes, podrás establecer metas más ambiciosas, podrás empujarte más allá de tu zona de confort. Y con cada desafío que superes, te demuestras a ti mismo que eres capaz de más de lo que creías posible.
¿Necesitas disciplinarte? Ya te digo que si!
No conozco a nadie exitoso que no tenga la disciplina desarrollada como un buen bíceps.
Pero, si crees que te falta un empujón, charlemos un rato y veámoslo. Pide un encuentro conmigo aquí